Intentar analizar el cartel de un festival de verano, salvo que se trate de una de esas citas encorsetadas en un género – y aún así– es un poco como descifrar la oferta de un bufé. Sí, lo sabemos, la metáfora puede ser un poco chusca, pero es lo que hay. Y en los festivales, como en los bufés, las bebidas son aparte. ¿Ven como no está tan traído por los pelos? En fin, dejemos de justificar nuestro escaso ingenio y vayamos al grano.
Decíamos que la oferta musical de un festival tiene cierto parecido con la oferta gastronómica de un bufé: algunos platos irrenunciables, hits indiscutibles ante los que se arremolina el respetable, nuevas incorporaciones que se convertirán en clásicos o no y algunas rarezas que, a priori, solo llamarán la atención de quienes entienden o de quienes rehúsan reconocer su condición de masa y arrogarse la pertenencia a una supuesta élite quién sabe según qué criterios. (Palmitos en conserva en un bufé han visto estos ojitos que ahora miran la pantalla).
Un evento como Phe, internacional, ecléctico, multidisciplinar, familiar, sostenible –paramos con los adjetivos porque ustedes pensarán que hay sesgo y tendrán razón– quiere y debe ofrecer variedad en su mostrador, ser una propuesta atractiva para cualquiera y refugio de solaz para quien quiera acercarse y retirarse del mundanal ruido para sumergirse en otras bullas. Así, es perfectamente entendible que de toda la oferta –este año nos hemos venido arriba: dos días, dos escenarios, veinte grupos, un montón de horas de música– alguno se te escape. Las conversaciones de nuestro entorno según iban anunciándose las confirmaciones nos llevaban a las largas tardes de domingo jugando al ¿Quién es quién?: “¿Lleva gafas? ¿Usa sombrero?”. Y seamos sinceros, con esos datos, en una cita de este tipo, podría ser cualquiera… Por eso, en Phe, tu festival de confianza, con cierto afán ilustrado, hemos preparado una guía para que por fin puedas decir sin sonrojarte aquello de “yo ya los conocía de antes”, que esta vez será verdad.
Viernes de Pasión
The Weeird será el grupo encargado de abrir la puerta del amor este año. El escenario principal de Phe recibirá a este grupo portuense potente, eléctrico y vibrante que suena a Manchester, aunque no sabríamos explicar muy bien qué significa eso. Juegan en casa, en Puerto de la Cruz y si todavía te planteas si acercarte a horas tan tempranas, piensa en el futuro, mirando por encima del hombro y declamando, como una actriz de teatro antiguo: “yo los conocía antes de que fueran mainstream”
A las 18:10 –pretendemos ser británicos, ahora–, momento para el rock salvaje de MOLLO & The Freestyle Poodoo Experts , directos desde las plataneras de La Finca 33, en los altos del acantilado de la playa de Los Patos, al escenario de Phe. Soul, Funk y más cosas cuando ya quiere caer la tarde. ¿Algo más? Nunca se sabe.
Las Dianas son jovencísimas y ya solo por eso despiertan la más terrible de las envidias de quien esto escribe. Vienen desde Granada y eso es otro motivo, pero ya más personal. Paseos pop rabiosamente frescos y letras ingeniosas y afiladas, descaro y mucho sentido del humor –y bastante punki, como nos gusta–. La escena musical de la ciudad de La Alhambra no deja de darnos alegrías, esta vez en forma de 5 chicas pasándoselo bien cantando –a veces gritando– sobre experiencias cotidianas, desamor, odio y otros asuntos. A las 18:50 en el escenario principal. Luego no digan que no se lo advertimos.
dani, con la “d” en minúscula, es hipnótica e himnótica, dulce, sensual, elegante y fan confesa de Jeanette. Nuestros respetos. Una deliciosa forma de empezar a ver caer el sol desde el escenario dos, en su primer concierto en Canarias.
El soul, el hip-hop y el dancehall conviven con coplas y boleros en el imaginario de Queralt Lahoz –¿vieron como podemos volver al símil del bufet?– y lo hacen de una manera tan orgánica que, si no estuviéramos tan condenados a sobrepensar y no fuéramos tan dados a lo prosaico, asumiríamos eso tan manido de que “lo lleva en la sangre”. (En la sangre solo se llevan elementos fundamentales para la supervivencia y, quizás, alguna enfermedad hereditaria, paremos con eso ya). La pureza anidada en un cruce cultural y de influencias y un directo arrebatador que te va a dejar picueto. Porque, como decía Camarón, “la pureza no se puede perder nunca cuando uno la lleva dentro de verdad”.
Algarabía y discreto excentricismo, relatos lumínicos con un contrapunto tenebrista y una excelente comprensión lectora del mundo –porque coincide un poco con la nuestra, somos así de autocomplacientes–, Kokoshca llega en el momento adecuado para despertar nuestro entusiasmo y nuestra lucidez. Y nuestras ganas de bailar, o algo.
El artista antes conocido como Deluxe es uno de los músicos y compositores más solventes de la escena patria y más allá. Esto, que parece una frase básica de curriculum o de solicitud de préstamo hipotecario, es la pura verdad. Xoel López, a quien al principio de su metamorfosis los indies empecinados comparaban con Juan Luis Guerra –como si eso fuera algo malo– es solvencia, elegancia, talento y honestidad. Y también, a poco que uno sepa escuchar y sea como el junco –la planta, no el cantante– un camino solo de ida. Canta, baila. No se lo pierdan. ¡A las 22:10 empieza la verbena!
The Parrots son irreverentes, frescos, caraduras. Con el cartel de abanderados de la nueva onda garage española, tuvieron que salir fuera y triunfar antes de que les hiciéramos un poco de caso –Ay, Mónica Naranjo, pionera en tantas cosas–. Su sucio y magnético espectáculo cerrará el escenario dos la noche del viernes.
“Aunque te gusten Los Planetas como a todos los puretas” cantaban Novedades Carminha –en este punto sentimos ser portadores de una dolorosa realidad: ellos tampoco es que sean unos pipiolos– y una basurita se nos instalaba en el ánimo. ¿Puretas? ¿Estamos de verdad en ese punto de “cualquier tiempo pasado fue mejor”? ¿Tenemos la barriga como la noche de reyes con su presencia en Phe porque estamos cómodamente instalados en otro tiempo, en otra banda sonora? Es posible. Pero lo que sí es indiscutible es que ese otro tiempo no es el de los granadinos. El de ellos sigue siendo este.
Instituto Mexicano del Sonido es, básicamente, Camilo Lara. Y es, también, un género en sí mismo –qué socorrido esto cuando no se sabe dónde encasillar algo–. Viva México, retomemos el pasado y trasladémoslo al futuro. Mezclemos la cumbia con sonidos electrónicos, alarmas, toma tradición para que tengas tu modernidad. Y sí, somos tan obvios que el tema que te dejamos es una cumbia-manifiesto mano a mano con Las Dianas, de quienes ya hemos dicho algunas cosas más arriba. ¿Cruzamos los dedos para verlo en vivo?
Y hasta aquí el Viernes de Pasión, amiguitos de Phe. ¡A por el Sábado de Gloria!