La novena edición del festival tuvo el mejor cierre posible en su historia, con directos enérgicos y arrolladores de León Benavente, Trentemøller y Goose
#Phe2024 || #ÚnicoEnCanarias || #WeTalkMusic
El baile lo cura todo y la secuencia musical entre escenarios en el PHE Festival en su segunda jornada de sábado se aferró a la pista de baile como si no hubiera un mañana. Los conciertos de León Benavente, Trentemøller y Goose fueron palabras mayores, tanto por la actitud y pegada de estas bandas, cada uno en su estilo y concepto musical, como por la respuesta que tuvo el público. Y como el PHE Festival no solo se alimenta de velocidad y de secuencias electrónicas, la jornada del sábado dejó propuestas más íntimas y desnudas en lo musical, y otras que se mueven entre el rock y el pop, el funk, la psicodelia y el nuevo flamenco, que tuvieron de protagonistas a Mavica, Shego, Nala Rami y Camellos.
Por encima de todo fue una noche de baile en la que también hubo programación de djs y selectores en el tercer escenario inaugurado este año, el Espacio Domo Jagermeister. Una de esas jornadas únicas e inolvidables que son marca de PHE Festival, que se arrebató cuando León Benavente saltó al escenario principal, después de las 21.00 horas, con un Abraham Boba que sabe llevar al público al lado que conviene. Era la segunda vez que la banda estaba en Puerto de la Cruz, tras la edición de 2017, y su fórmula de rock implementado con secuencias y estructuras que beben del kraut más vitamínico puso en pie, a dar botes, y hacer coros a un público que también tenía ganas de volverse loco en el festín que servía León Benavente.
Un repertorio completo que arrancó arriba con Tipo D y que terminó mucho más alto con Ayer salí. La banda sacudió su discografía, cuatro álbumes editados, más Eps y otros, en un concierto con una notable pulsión electrónica, cada vez más presente, en el que sin tregua y con Abraham Boba moviéndose dentro y fuera, sonaron No hay miedo, Estado provisional, Como la piedra que flota y Amo, en un primer bucle de canciones. Ánimo valiente, ya casi himno antiguo en su repertorio, La Ribera, California, Disparando a los caballos, Nuestro aniversario, Mítico, En el festín, Ser Brigada, Gloria y la citada Ayer salí, completaron un concierto que ya es histórico en la trayectoria de PHE Festival.
Pero antes del relato del baile último que trajo el PHE Festival, con Trentemøller y Goose, hay que reparar en lo sucedió a media tarde en la apertura, que tuvo en los escenarios del recinto portuario a Mavica, que tiene al frente a Marta Casanova, que abrió las puertas a la melancolía pop, acústica y con producción electrónica, con la que ha vestido el álbum Sometimes a person never comes back (but that’s okay). Tras ella, las madrileñas Maite, Raquel y Charlotte, las integrantes de Shego, trazaron un concierto en el que hicieron buena la etiqueta de banda emergente con el disco Suerte, chica (2023). Entre otras, sonaron Me perdonas, Oh Boi, Sorry, Me lloro toda, Estoy cachonda, Te mataré o Steak Tar Tar, con la que agotaron su tiempo.
LA BOLA DE ESPEJOS
La psicodelia pop y el neo flamenco que hacen de los sevillanos Vera Fauna su seña de identidad (versión de Me pongo colorada, de Papa Levante, incluída) fue otra de las sensaciones de la segunda jornada de PHE Festival, en la que también hubo lugar para el funk de la vieja escuela con Nala Rami, el grupo del saxofonista grancanario Alan Himar. El ganador del concurso Sonora Las Palmas de Gran Canaria llegó a Puerto de la Cruz con Pasaporte Sonora y un set que abrazaba la bola de espejos con piezas como Morí en la disco, Superficial o Domingos.
La recta final de PHE Festival fue de otra liga, con el danés Trentemøller en formato banda, los madrileños Camellos y la formación belga Goose. Sin duda, el triunfo internacional de esta edición es para el músico, dj y productor Anders Trentemøller, y los músicos con los que vino: Diisa Jakobs (voces, guitarras, sintetizadores), Silas Tinglef (baterías, guitarras), Brian Batz (guitarras) y Jacob Haubjerg (bajo). El maestro danés se estrenó en Puerto de la Cruz con una lección magistral de dream pop, shoegaze, psicodelia, con pasajes del calibre de Dreamweavers o Moan, y otros donde las guitarras a la sombra de Dick Dale, por ejemplo, se contaminan de ritmos ácidos y revirados. Elegancia superlativa para gourmets de la electrónica.
Antes del electro rock fiestero de Goose, el PHE Festival bajaba ligeramente las revoluciones para recibir a Camellos. El calificativo punk que se aplica al grupo madrileño tiene que ver con las canciones y cómo reacciona el público, tal como se pudo comprobar. De su cosecha, despacharon temas como Mazo, Divorcio, Arroz con cosas, Quién se ríe ahora, Sabor a cobre o Fábrica de baile, de Joe Crepúsculo, al que invitaron a cantar con ellos para que la fiesta fuera completa.
La clausura del PHE Festival fue para Goose y el electro rock pegadizo que practican los belgas. Temas como Bring it on, título además del debut discográfico en 2006, o What you need, por citar algunos de los hits que el cuarteto trajo a Puerto de la Cruz, marcaron el ritmo y los últimos pasos de baile a la novena de PHE Festival.